martes, 9 de septiembre de 2008

CAFÉS DE MENTIRAS...


Hoy he tomado café con mi mentira.
Sí. Eramos dos mentirosos manteniendo una conversación de profundos embustes.
Para que se pueda entender tal afirmación, he de retroceder dos años atrás que es cuando sale a escena una vieja amistad que en un breve espacio de tiempo se acabaría transformando en un "lo que pudo haber sido y ¡cachís en diez! no va a poder ser", porque es de saber que, cuando viejas glorias se asoman, suelen traer equipaje y este chiquillo venía completo ¡oye!, porque venía con el kit de playmobil. Con esposa, hijos y hasta deberes maritales.
Pues si, viejas novelas que reaparecen cuando menos te lo esperas para decirte que su vida, ahora, al verte, recobra sentido y que sin no son nada (oígase la musiquilla de Amaral al fondo de la habitación) regalándote los oídos, día a día,con verdades a medias, o mentiras completas, o evidencias plenas para que al final, tú te calces los zapatos de escapar del malo y eches a correr en círculos concéntricos. Que eso de romper familias no es que le guste mucho a una y es mejor huir "por piernas".
Y de repente, en medio de la huida, viene el malo y te pilla. Y te invita a tomar café. Y te dice que es mejor dejarlo así. Que es feliz con su gente y que no tiene sentido alguno seguir tomando café. Que se pasa al té porque dice su mujer que le hace menos daño.
Y tú ,que aún no has terminado de azucarar el torrefacto de tu vida, te quedas sin habla. Sin defensa, sin argumentos, sin historia, nada. Sin ganas para poder gritarle para qué coño vino a decirte nunca nada, y que estabas estupendamente bien como estabas, y que jamás lo habrías pensado, para que ahora, éste pro-infusiones te obligue archivar una historia no empezada, de la que no sabes muy bien si decir que habría merecido la pena haberla sentido... aunque fuese descalza.


Hombres...

lunes, 8 de septiembre de 2008

EL BUZÓN DEL SOLTERO...


¿Estamos solos en la galaxia? o ¿vivimos solo en nuestra galaxia particular?
Yo diría más bien lo segundo.
Estos días lo he podido comprobar.
Te propongo un juego. Acércate a un edificio recién construido en el que habiten hipotecariamente jóvenes de los famosos y horteramente definidos en los noventa como JASP. Es decir, treintañeros mileuristas, con muchos vicios y poco dinero en los bolsillos (por no mencionar sus extractos bancarios). Entra a hurtadillas en su portal y espía cada uno de los buzones del inmueble.
¿Cuántos buzones superan las dos líneas de propiedad? ¿uno?¿tal vez dos?
Ayer espié la casa de mi hermana y le dediqué una lectura buzonil: Manolo, Pepa, Esther, Jacobo...¡ah si! y una pobre familia de cuatro que maldecirá el día que tuvieron que elegir su dulce y placentero hogar. Una tradicional y extraña familia con solitarios hijos balanceándose en el parque infantil de uso exclusivo.
Es curioso. No sé si los "jaspeantes" vecinos de mi hermana aún no han ido o están de vuelta de sí mismos pero lo que está claro es que cada vez es menos complicado elegir un lado en la cama.

Yo, por cierto, duermo en el centro.


viernes, 5 de septiembre de 2008

YO, MI, ME, CONMIGO...



Hoy, en el mal llamado trabajo al que, a veces, deberían llamarlo suplicio, se me ha asomado una idea. Pero no una de esas buenas ideas que llevas al jefe y éste con una sonrisa de oreja a oreja te da la enhorabuena y la palmadita en la espalda (como todo el mundo sabe, las buenas ideas nunca se remuneran sino que se pagan con golpecitos cariñosos en el omoplato ).
No, no era esa idea. Era una malda idea. De esas que cuando las dices te dejan sin amigos en un pis-pas.
Una maldad que apareció esta mañana observando a todos y cada uno de mis compañeros de tareas.
Que, si como bien dice un colega de laboro todos tenemos nuestras rarezas, cuando trabajamos, estas singularidades dan como resultado nuestro dni laboral y permite al resto de la oficina diferenciarnos del camarada de la mesa de al lado.

(Hago un paréntesis para que nos paremos a pensar lo curioso que resulta el pasar nuestra vida renombrando al pupitre infantil: pupitre, escritorio, buró, mesa, despacho, bufete... total para hacer lo mismo que hacíamos en el parbulario: ejercicios, tareas y deberes. Tema a tratar, por cierto!!!!!)

Pero a lo que íbamos, que buscando rarezas independientes me encontré con una bien común. ¡¡El puñetero YO, MI, ME, CONMIGO!!
Pues sí, es la palabra que más ha sonado tras la vuelta de vacaciones.
Yo necesito, yo soy, yo hago, yo tengo, yo sé, yo TE pido, yo NO tengo tiempo, yo, yo, yo ¡Y SIETE VECES YO!

Queridos camaradas:
Todo el mundo necesita, todo el mundo quiere, y todo el mundo sabe, y si alguien necesita algo, o no sabe, o no puede, o no tiene tiempo BAJO NINGÚN CONCEPTO, y repito, BAJO NINGÚN CONCEPTO, se les ocurra secuestrar MI YO, que es mío y me hace falta.

¡He dicho!

jueves, 4 de septiembre de 2008

MANZANAS TRAIGO...


Hoy planté un manzano.

No sé. La idea de que sea un árbol autosuficiente me tranquiliza. Sobretodo por el hecho de que no tengo ni la más remota idea de cuidar nada ni a nadie que no sea a mi misma.
¿Conseguirá sobrevivir por encima de mi?
Supongo que sí y si no se lo impiden, emergerán fuertes raíces de ese arbusto que se amarrarán al húmedo y resvaladizo suelo. Y así ha de ser. ¿cómo si no nos movemos los humanos por estos lares? Cual manzano. Nos anclamos como podemos, con los pies, los brazos o con los dientes o con todo a la vez encadenándonos a esa idea de vida que nos hemos regalado para que no nos empujen hacia uno u otro lugar. Y cómo bien dice la canción "duodinamiquera", hemos de resistir a cuantos vientos, huracanes y tornados se dignen a aparecer para voltear nuestros lacios o enredados cabellos. Pero con la razón de la sin razón. De la ignorancia del saber. Evitando hacer leña de árboles talados. Y con la lección más que aprendida compramos el mejor abono que engorde nuestras ramas para que se nos vea cual bellos frutales del que se asoma el mejor y más refrescante fruto.
Yo me pedí ser un manzano. No me preguntes por qué. Tal vez porque lo planté. Tal vez por su vulgaridad. Tal vez por su popularidad. Tal vez no. Tal vez porque tú compras manzanas. Tal vez porque las compro yo. Da igual. Soy una maldita/bendita manzana. ¡qué más da! Me pedí ser un manzano y ya está. Ahora es tarde para cambiar. Soy un manzano que se amarra a sí misma.
¡Vaya estupidez! Si me aferrara a algo más firme aún, pero no, no había robles en ese momento.

... en fin... es lo que hay.